sábado, 17 de noviembre de 2012

I Certamen Internacional Toledano 2012

Finalista en el I Certamen Internacional Toledano "Casco Histórico".
Recibí el décimo lugar como finalista con el cuento titulado "Domingo en el parque".

La Secretaría de Toledo publicará un libro editado por la Editorial Celaya con los treinta finalistas escogidos por el jurado el cual estuvo compuesto por personas del ambiente literario de la ciudad de Toledo.

Los cuentos debían tener no más de tres folios por una sola cara, a doble espacio. Se recibieron 156 cuentos.

Aquí el cuento premiado.


Domingo en el parque
Amedrentado por la oscuridad el niño detuvo su triciclo; los pies, que antes fueron alas, inertes sobre los pedales interrumpidos a media rotación. Señaló con su dedo de niño la sombra monolítica de la catedral proyectada sobre el parque y preguntó:
—Mamá, allá, ¿se acaba el mundo? Sólo en el desfiladero de sus pesadillas había enfrentado oscuridades abismales como esa.
—No, hijo… —pero corre por donde hay sol para verte no te vayas a lastimar —advirtió la madre desde la solidez absoluta del cariño.
Calibrando la distante penumbra el niño impulsó mansamente los pedales con la duda del consejo recorriendo los senderos de su pecho. Azuzado por la curiosidad aceleró. Corrió su triciclo sobre las baldosas agrietadas del parque con la urgencia de quien enfrenta un desafío. Pedaleó junto a los senderos de flores con ansia febril.
El triciclo agujereaba el viento con las esquirlas centellantes de su trinar. El niño hecho de alas levantaba una estela de polvo perseguida por flores y juegos en los senderos del parque mientras el sol quebrantaba las maderas secas de los bancos, centellaba en la copa de los árboles, derramaba copos de luz sobre las memorias somnolientas de los viejos.
-No te alejes —insistió su madre desde la ternura de su regazo-. Juega donde hay sol —dijo— y el temor era una fisura en su voz. Su importuna sensatez apenas lo alcanzó. La advertencia fue un desafío.
El niño se detuvo frente a la sombra. Decidido, hizo girar los pedales con la certidumbre de quien enfrenta una batalla, cruzó la frontera y desapareció como una ilusión.